Τρίτη 30 Οκτωβρίου 2012

Érase Una Vez un Hombre Soltero...


¿Puedes recordar los días en los que yo estaba soltero?

Afortunadamente, no puedo recordar cómo era mi vida hace dos años en los que yo vivía sólo. Tengo un desvanecimiento, las puertas de mis recuerdos están cerradas. Desde el día que dios mandó a mi novia en mi camino todo ha cambiado: no me siento tan nervioso, estoy tranquilo, me comporto como un hombre normal y no me molesta tanto lo que me rodea, como antes.

Conocí a mi novia en el teatro. La conocí un día del invierno, en la que estaba gritando a otros compañeros de trabajo que necesitaba inmediatamente una chica para abrazarme y amarme. Lena, una mujer de cuarenta y siete años con la que estaba preparando un proyecto, me calmó. Me dijo que no tenía que desesperarme: “Quizás este año encontrarás a una chica en el grupo de los aficionados del teatro en lo que participas”. Yo le respondí que decía tonterías: “No existe este tipo de milagros.”

De verdad, el mismo año, Brenda asistió al grupo del teatro. Tenía un papel pequeño, era la esposa del protagonista. Este papel se convirtió en nuestro karma, aunque al principio ella me caía fatal. Creía que no tenía ningún talento porque no podía actuar en el nivel que quería. De todos modos, al final, “Norman y Brenda” se enamoraron de verdad en la vida real y desde entonces estamos juntos. Muy romántico, ¿no? Imagina que pensarán nuestros chicos si un día descubren que sus padres se habían enamorado durante los ensayos de una obra: que son los hijos de dos estrellas grandes.

Bueno, lo que quiero decir es que mi vida ha cambiado. Mi vida cotidiana, mis sentimientos y la manera en la que yo vivo han cambiado totalmente. No todo es perfecto, por supuesto, tenemos muchos problemas como la mayoría de las relaciones humanas, pero los momentos felices son más que los momentos tristes. Estoy agradecido por tenerla; ¡ojala que lo mejor venga pronto!

Τρίτη 23 Οκτωβρίου 2012

Se Llama Anna Vissi, y Es Mía


Perdona mi ausencia pero recientemente no tenía ganas de escribirte. Tenía mucho trabajo y otras cosas en mi mente. De todos modos, ahora estoy aquí, y estos son unas de mis noticias miserables:
Como todo el universo sabe, mi cantante favorita es Anna Vissi.
Anna Vissi nació en Chipre hace 55 años y se considera la Madonna Griega. Su carrera empezó cuando tenía 13 años y hasta ahora ha puesto en venta más de 30 discos de música pop, que han vendido miles de copias en todo el país. Es conocida en el extranjero también. Ha participado en la ceremonia final de los Juegos Olímpicos de 2004 y ha representado Grecia y Chipre en el concurso de la canción de Eurovision tres veces (1980, 1982, 2006). Además, ha actuado en dos obras musicales en el teatro que han tenido mucho éxito.
Pues, en julio 2010 Anna Vissi hacía un concierto en Larnaca. Como siempre, yo había comprado dos billetes y me preparé psicológicamente para tres horas de melodías y canciones llenas de pasión. Aquel día recibí noticias buenas sobre mi trabajo y sentí muy feliz. Por eso, decidí asistir al concierto con una peluca larga y gris, como el pelo de su ex-marido, Nicos Karvelas. Estaba seguro de que Anna me vería entre el público y me invitaría al escenario para cantar y bailar con ella una de sus canciones. Tenía razón y tengo un video para demostrarlo. Eso es:

Increíble, ¿no? Desde entonces Anna no solo me reconoce como su mejor admirador, sino también recuerda mi nombre, mi apellido y me considera un amigo. La prueba es que, cuando ella hacía un documental en la tele sobre su vida, la directora eligió este video para formar parte del primer episodio. ¡Qué honor!
Te cuento todo esto porque creo que es muy interesante y al mismo tiempo muy extraordinario que haya logrado conocer personalmente la cantante “nacional” de Grecia. Sin duda, era uno de los momentos más fascinantes en mi vida. Aunque he estudiado en tres universidades prestigiosas en Inglaterra y he sobrevivido situaciones peligrosas de salud, eso es el acontecimiento de mi vida, ¡hasta ahora! 

Τρίτη 2 Οκτωβρίου 2012

Viva Chipre!


El 1 de octubre es el día nacional de Chipre. Por eso, voy a dedicar este texto a mi país y a tres cosas que me caen fatal en esta isla abandonada en el culo del mundo. 

Antes de todo, hay que saber que Chipre celebra su independencia hace 52 años, después de una larga lucha contra los ingleses. Aunque sufre todavía de la invasión turca de 1974, el país consigue estar un miembro igual a los 27 de la Unión Europea y un estado moderno. Los últimos cinco años han sido muy difíciles, no sólo por la crisis económica global, pero también por la política catastrófica de nuestro presidente, “señor” Dimitris Christofias, que para mí es el tonto absoluto de todo el país.

Y ahora, vamos a concentrar a las cosas que me torturan:

De primero, la arquitectura de nuestras ciudades y especialmente la de Nicosia me ponen nervioso. No me dejan respirar. Nicosia es la capital de la isla y a mí opinión es una de las ciudades más feas en Europa. No tiene carácter, no tiene cohesión arquitectónica. Todos los edificios son diferentes, construidos en estilos anticuados. El resulto es una imagen de mala estética que me arruina las ganas de vivir aquí. La mala estética es algo que aparece también en otros aspectos de la sociedad chipriota: Las chicas.

Aunque Chipre es la isla de Afrodita, las chicas no son tan guapas como la diosa de belleza. Es oxímoron pero es verdad. Las chipriotas son mujeres bajas con mucho pelo en su cuerpo. Gracias a la tecnología la mayoría de ellas se lo quitan, como lo hacen las osas durante los meses de verano, pero eso no cambia la situación trágica en la que están las chipriotas. Lo peor de todo es que no sólo están feas y repulsivas, sino también son muy superficiales. Como no existen otros problemas más serios en el país, las chicas se están peinando y hablando sobre temas de moda, cotilleo y otras tonterías.

Por supuesto, lo mismo hacen los hombres más o menos, pero estos me importan tres cojones.

El tercer problema que me da miedo en esta sociedad es la ausencia de identidad nacional. Los griego-chipriotas están confundidos. No saben si son griegos o griego-chipriotas o sólo chipriotas. No tienen el sentido del pertenecer, y esto está sirviendo los intereses de las superpotencias que les gustan mantener el pueblo en letargo nacional. Es un problema grande que no puedo explicar en un texto tan pequeño, pero creo que es la raíz de todas las contrariedades que nos persiguen.

Tres factores tan serios que me dan tres razones para querer inmigrar lo más pronto posible.