Esa es una pregunta muy interesante que la hago a
mí mismo muy a menudo. Cada vez que tengo tantas reflexiones
filosóficas me alucino porque siempre llego a la misma conclusión. Si hubiera
nacido mujer habría sido una prostituta en sentidos diferentes.
Si tuviera el pecho grande, con los
pezones castaños, y fuera alta con el pelo largo y liso, sería una putita pija
y cara. Habría tenido clientes de sectores prestigiosos, como la política y el
mundo de negocios. Sin duda, me prefería acompañar a actores, cantantes,
modelos, atletas u otros hombres famosos, ricos y conocidos. Sería muy
cooperadora y ofrecía muchos servicios especiales; Por ejemplo, tendría una
lista con muchas fantasías de la que el cliente podría elegir nuestro papel,
como jefe y secretaria o paciente y enfermera. Sería ideal para todos los
gustos y deseos.
Si hubiera nacido mujer, habría sido una monja. Estaría aislada en el
monasterio, haciendo oraciones, prometidos a la Virgen, guardando ayuno y
haciendo calcetines para los soldados. De todos modos, no me mantendría
apartada del amor. Haría el sexo cada día con otros monjes, obispos y
arzobispos; en parejas o en grupos no me importaría. Haríamos orgias
dionisíacas usando el vino sagrado del monasterio, las verduras del jardín, las
cruces del martirio, las cadenas de las celdas y otros utensilios
sadomasoquistas. Me disfrutaría cana minuto de mi estancia en este lugar.
Habría sido una prostituta salvo que
hubiera nacido hombre. ¡Pero, no os lo juro!
Δεν υπάρχουν σχόλια:
Δημοσίευση σχολίου