Lisa de
Finlandia, una compañera que conocí durante los años que viví en Inglaterra, se
casó con un paquistaní para que él obtuviera el permiso de residencia en el
país. Otra amiga mía se casó con un hombre mayor que ella, para que herede su
gran fortuna, estimada en varios millones. En Chipre, muchas parejas se casan
para hacer hijos, otras para recibir dinero de sus invitadores en la fiesta, y
un porcentaje pequeño para que les bendiga de Dios. De todos modos, es previsto
que alguien puede casarse por muchos motivos y razones. Pero nadie ha manifestado
que se casa para honrar a su media naranja.
Yo tengo
algo para anunciar: He decidido casarme pronto. Lo que quiero decir es que
quiero ir a la iglesia dentro del próximo año. Quiero casarme con mi novia no
para cumplir alguna de las mencionadas razones, sino para respetar la chica que
cambió mi vida y darle la posición que le merece en la historia de mi vida.
Para mi es importante clarificar a todo el mundo y al universo que elegí esta
persona para vivir el resto de mi vida, y lo hago enfáticamente.
Si me muero
joven, quiero que la gente sepa que esa chica era la única que me aceptó como
soy, la única por la que yo quería seguir viviendo y una de las personas que me
ha marcado la vida y me inspiró a ser mejor. Por todo esto, lo mínimo que puedo
hacer es anunciarlo de manera oficial. Y si la boda disuelva algún día, que es
una posibilidad grande hoy en día, no me preocupa tanto, debido a que la gente
se dio cuenta de mi gusto y mis elecciones.